Violencia devastadora

Violencia devastadora
 

En el mundo, ocurren alrededor de 1,500 ataques con ácido al año, donde el 80% de las veces, las mujeres son víctimas de esta atroz conducta, siendo además, agredidas por personas de su entorno más cercano.


Por: Kenia López Rabadán*

En México, la violencia contra las mujeres es cada día más desgarradora, más persistente y encuentra nuevas modalidades para vulnerar la vida y la integridad de las personas.

A través de los años, se han identificado distintos tipos de violencia contra las mujeres y se han logrado tipificar diversas conductas que transgreden múltiples derechos de las víctimas, sin embargo, en los últimos años, las lesiones con ácido se han convertido en una nueva modalidad de ataque, que permite que el agresor quede impune, debido a un vacío legal tanto federal como estatal.

A la fecha, no existen cifras oficiales sobre el número de víctimas por quemaduras con sustancias químicas o corrosivas en nuestro país. Y según la organización Acid Survivors Trust International (ASTI), en el mundo, ocurren alrededor de 1,500 ataques con ácido al año, donde el 80% de las veces, las mujeres son víctimas de esta atroz conducta, siendo además, agredidas por personas de su entorno más cercano.

Las historias de quienes han sido atacadas con ácido, son devastadoras. Por un lado, se tienen que enfrentar a la inexperiencia de las autoridades sanitarias para atender las quemaduras que ocasionan las sustancias corrosivas; seguida de la insensibilidad y falta de instrumentos jurídicos que sirvan para perseguir a los agresores; aunado a la revictimización que sufren ante las autoridades ministeriales; y el rechazo social que viven por sus lesiones.

Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), los ataques con sustancias abrasivas, tiene una altísima carga simbólica, ya que pretende dejar una marca de por vida que simbolice el poder que tiene el agresor sobre la víctima. Lamentablemente no sólo queda el daño físico, sino que las repercusiones en su entorno económico y psicológico se ven altamente afectados.

La falta de legislación sobre el tema, ocasiona que con frecuencia no sean denunciados, no sean castigados y las sobrevivientes vivan con miedo a futuras represalias.

Por ello, se vuelve necesario que los agresores y potenciales atacantes tengan la certeza de que serán castigados conforme a la ley por este tipo de actos. En ese sentido, esta semana presentaré ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, una iniciativa con proyecto de decreto para adicionar un artículo 297 bis al Código Penal Federal y se tipifiquen los ataques con ácido con penas de prisión de hasta 26 años.

México tiene la responsabilidad de actualizar su marco normativo y de implementar acciones que protejan a las víctimas de violencia ácida. Además de brindar atención especializada a las sobrevivientes de este tipo de conductas. Las prácticas como el feminicidio, los homicidios dolosos y las lesiones han incrementado en el último año, y durante esta pandemia, la violencia familiar ha alcanzado cifras históricas. No se puede claudicar en la defensa de los derechos de las víctimas del delito.

*Senadora. Presidenta de la comisión de Derechos Humanos