Legisladores se hermanan y luego se pelean

 

En la Agenda Política abordaron el tema de Seguridad Pública, en donde terminó el hermanamiento de los senadores y diputados.


Durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, legisladores guardaron un minuto de silencio por el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar en la iglesia del poblado de Cerocahui, en el municipio serrano de Urique, Chihuahua, junto con el guía de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez.

Posteriormente, en la Agenda Política abordaron el tema de Seguridad Pública, en donde terminó el hermanamiento de los senadores y diputados tras el minuto de silencio y se atacaron con calificativos para denostar, por parte de la oposición, la fallida estrategia en ese rubro o para justificarla por parte de la mayoría legislativa encabezada por Morena.

Pero cuando iniciaba el debate, afuera del salón de sesiones trabajadores sindicalizados del Senado pretendían entrar por la fuerza para exigir a la Mesa Directiva su apoyo para realizar una Asamblea con el fin de elegir a un nuevo dirigente sindical en sustitución de Martín Sandoval Magallanes, a quien Bertha Orozco Márquez designó como “encargado del despacho” en la Secretaría General, porque el pasado 10 de febrero ella rindió protesta como Magistrada de la Cuarta Sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.

Sin que se registraran mayores consecuencia, en la sesión senadores y diputados de Morena cerraron filas en torno al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y los esfuerzos y avances en materia de seguridad, ya que los niveles de inseguridad han disminuido cerca de ocho por ciento en su administración.

Sin embargo, la oposición rechazó ese argumento y denunció que todo tipo de delitos que acaban con la vida de tantas personas “es prueba fehaciente de que la política en materia de seguridad es fallida”, acusó la senadora Nancy De la Sierra, del Grupo Plural.

Posteriormente se registró una “guerra de cifras”. Mientras el petista, a nombre de Morena, Gerardo Fernández Noroña, la estrategia presidencial en materia de seguridad ha dado resultados al registrarse una disminución de 31.2% los feminicidios, 31.2% los secuestros, 58.3 el robo de autos, 45.8 el robo en general y 29.1 el homicidio doloso.

A ello, en conferencia de prensa se sumó la senadora Gabriela López Gómez, de Morena, quien calificó de “humanista” la estrategia de seguridad del titular del Ejecutivo federal y reconoció que, mientras haya un muerto, un homicidio en este país, “no podemos decir que hemos triunfado”.

Fue entonces que culpó que la situación de inseguridad se agravó durante el periodo de Felipe Calderón y con García Luna, al implementar una política generalizada sobre el uso de la fuerza desmedida, que derramó sangre y nos dejó una sociedad marcada por la violencia continua.

El diputado Eduardo Zarzoza, del PRI, reprocho que el grupo mayoritario, junto con sus aliados, quieran defender lo indefendible diciendo que las cosas están muy bien, que vivimos en un país “feliz, feliz”.

Denunció que Morena gobierna desde hace 42 meses y es la fecha en que no se hacen responsables de ninguno de sus actos de gobierno, pero sobre todo de ninguna de sus acciones que no han permitido que baje la violencia en nuestro país: 121 mil 655 homicidios dolosos “en el sexenio sangriento de la mal llamada cuarta transformación”.

Además, 97 mexicanas y mexicanos son asesinados diariamente, cada 25 minutos una mexicana o un mexicano muere a causa de la violencia desacertada y desbordada que impera en nuestro país.

Kenia López Rabadán, senadora del PAN, puntualizó que esas cifras lastiman a México: más de 121 mil asesinatos. “Hemos guardado un minuto de silencio, pero si se guardara un minuto de silencio por cada asesinado en este gobierno, los mexicanos se tendrían que callar dos mil horas “por este ineficiente gobierno”.