Una pelea voto a voto por el control del Congreso mantiene en vilo EUA

 

Casi 46 millones de estadounidenses votaron de manera anticipada antes de que abrieran todas las estaciones para sufragar en todo el país.


En una de las elecciones legislativas más reñidas de las últimas décadas en Estados Unidos, el Partido Republicano se encaminaba a recuperar la Cámara de Representantes del Congreso, pero sin conseguir una victoria arrasadora sobre el Partido Demócrata, y el equilibrio final del poder en el Senado quedaba en suspenso, a la espera del resultado definitivo en los comicios más ajustados del país.

Casi 46 millones de estadounidenses votaron de manera anticipada antes de que abrieran todas las estaciones para sufragar en todo el país, más que en la elección legislativa de 2018.

En algunos casos hasta minutos antes de que cerrara la votación, apuntaban a una participación elevada en una elección que el presidente Joe Biden definió como “la más importante de nuestras vidas”.

Los demócratas, alarmados por la omnipresencia de Donald Trump en la campaña, la nueva camada de candidatos que cuestionaron las elecciones y el giro conservador de la Corte Suprema.

Los republicanos fueron en busca de una “ola roja” que brindara un contundente rechazo a la gestión de Biden, y les permitiera recuperar la Cámara de Representantes y el Senado.

Biden y los demócratas terminaron celebrando con un puño cerrado una derrota ajustada, aun cuando todo indica que perderán poder.

“Nunca subestimen cuánto se subestima al equipo Biden”, tuiteó el jefe de Gabinete de Biden, Ron Klain.

Los republicanos confiaban en que el deterioro de la economía, la inflación, que se encuentra en un pico para los últimos 40 años, y la baja popularidad de Biden les brindarían el impulso necesario para conseguir un triunfo histórico.

Biden y los demócratas habían ofrecido un mensaje errático durante la campaña, enfocado, primero, en la lucha por la legalización del aborto, y luego en las advertencias por la salud de la democracia ante la presencia de una nueva camada de candidatos “negacionistas” impulsados por Trump, quien no parecía haber tenido una buena noche, que desparramaron críticas al sistema electoral y pusieron en duda el triunfo de Biden hace dos años. El avance de esos candidatos ultratrumpistas terminaron dañando a los republicanos en algunas carreras claves.

“Definitivamente esto no es una ola republicana, eso es seguro”, reconoció el senador republicano, Lindsey Graham.

KJ