Hasta 26 años de prisión para quienes ataquen a mujeres con sustancias químicas

Hasta 26 años de prisión para quienes ataquen a mujeres con sustancias químicas
 

La pena prevista se duplicará cuando exista o haya existido entre el agresor y la víctima una relación sentimental, afectiva, laboral o de confianza.


La senadora Kenia López Rabadán denunció que en México los ataques con ácido son cada vez más frecuentes; sin embargo, lamentó que las autoridades no refieren datos oficiales, por lo que urge tipificarlos con penas de prisión de hasta 26 años para quienes ataquen a una persona con ácido, sustancias corrosivas o químicos.

“Los agresores y potenciales atacantes deben tener la certeza de que serán castigados conforme a la ley por este tipo de actos, situación que la obliga a presentar en la próxima sesión de la Comisión Permanente, una iniciativa con proyecto de decreto para adicionar un artículo 297 bis al Código Penal Federal”, precisó la legisladora.

El objetivo, explicó la senadora panista, tiene por objeto castigar a quien utilice ácido de cualquier tipo, sustancias corrosivas o inflamables para provocar una lesión o mutilación de una parte del cuerpo. La pena será de siete a 13 años de cárcel, indicó.
La pena prevista se duplicará cuando exista o haya existido entre el agresor y la víctima una relación sentimental, afectiva, laboral o de confianza.
“Por lo tanto, las reformas permitirán que las sanciones puedan aumentar hasta 14 o 26 años de cárcel si existe rasgo de parentesco o alguna otra relación cercana que involucre a quien ataque a una persona con ese tipo de sustancias”, precisó López Rabadán.
De acuerdo con la organización “Acid Surviviors Trust International” (ASTI), la violencia ácida cobra al año mil 500 víctimas por ataques con ácido de las cuales el 80 por ciento son mujeres. En 90 por ciento de los casos los atacantes son hombres y en su mayoría tienen alguna relación con la víctima.
Por su parte, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación ha señalado que los ataques con ácido y sustancias similares tienen una altísima carga simbólica, ya que pretenden dejar una marca de por vida, un rostro desfigurado y dejar en el cuerpo de la víctima un recuerdo de su crimen, de sus celos, de su odio y de su control.
El ácido y otras sustancias abrasivas son utilizadas como un arma que pretende causar un sufrimiento físico enorme e imponerle una condena social que acompañará a la víctima de por vida, abundó la legisladora.
Existen lamentablemente múltiples historias de mujeres víctimas que han sido atacadas con ácido y que han sido sometidas a más de 50 cirugías y aún les faltan más.