Senado exhorta a la PROFECO identificar y eliminar el Impuesto sexista

Clemente Castañeda
 

Senado exhortó a la PROFECO a combatir el Impuesto sexista, como se le conoce al sobrecosto basado en estereotipos de sexo y de género y que afecta la economía de las mujeres.


El Senado de la República exhortó a la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) a combatir el Impuesto sexista, como se le conoce al sobrecosto basado en estereotipos de sexo y de género y que afecta la economía de las mujeres.


Aunque sean muy similares, de la misma calidad y material, un rastrillo color rosa y dirigido a las mujeres es más caro que uno de color azul dirigido a los hombres, a ese sobrecosto basado en estereotipos de género y sexo se le conoce como Impuesto sexista o Impuesto rosa.


El punto de acuerdo para exhortar a dicha procuraduría fue presentado por el Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano en el Senado, coordinado por Clemente Castañeda.

Clemente Castañeda


“El #ImpuestoSexista golpea la economía de las mujeres mexicanas. Hoy en los mercados, productos para higiene personal, ropa y hasta alimentos llegan a costar hasta 17 por ciento más a las mujeres que a los hombres. Así de importante y urgente es que la PROFECO combata estos sobreprecios”, expresó Clemente Castañeda.

Senado exhorta a la PROFECO identificar y eliminar el Impuesto sexista


Dijo que en un país donde las mujeres perciben hasta 30 por ciento menos que los hombres por el mismo trabajo, este exhorto a la PROFECO es un paso importante en la lucha por la igualdad, pero es necesario darle mayores herramientas legales para proteger los derechos de las consumidoras.


Por eso, Clemente Castañeda exhortó a las y los senadores a revisar la iniciativa de Movimiento Ciudadano para dotar de mayores atribuciones a la procuraduría.


Recordó que el primero de enero de este año, México hizo historia al implementar la tasa 0 a productos de gestión menstrual: una política tributaria en favor de las mujeres y en contra de la discriminación, que por tantos años se sostuvo en la creencia de que los productos de gestión menstrual son artículos de lujo y no de primera necesidad.