Sor Juana Inés de la Cruz, su legado en frases

 

A 373 años del nacimiento de Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, Sor Juana Inés de la Cruz, su obra continua vigente.


Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana sólo vivió 44 años que le bastaron para dejar un gran legado literario que la convirtió en La Décima Musa.

Más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, nació el 12 de noviembre de 1651 en Nepantla, ahora perteneciente al Estado de México y murió un 17 de abril de 1695 en la ahora Ciudad de México.

En 1667 entró a la orden de las Carmelitas Descalzas el cual abandonó pronto por motivos de salud. Fue en 1669 cuando ingresó de manera definitiva a un convento de la Orden de San Jerónimo. De sus escritos se puede inducir que prefirió el encierro religioso para poder gozar del estudio y sus libros pues, se sabe que era muy requerida en la sociedad novohispana, como dama de honor de adineradas señoras.

Interesada en temas como teología, filosofía, astronomía, pintura, humanidades y, sobre todo, literatura, Sor Juana Inés de la Cruz está consagrada como una de las mejores poetas y escritoras de México y también como una pionera de los escritos con perspectiva de género.

Algunas de estas frases lo confirman:

“No estudio por saber más, sino por ignorar menos.”

“La más brillante de las apariencias, puede cubrir las más vulgares realidades.”

“Si daros gusto me ordena la obligación, es injusto que por daros a vos gusto haya yo de tener pena.”

 

“Y así, amor,

en vano intenta tu esfuerzo loco ofenderme:

pues podré decir, al verme expirar sin entregarme,

que conseguiste matarme

mas no pudiste vencerme.”

“Si al imán de tus gracias atractivo sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero, si has de burlarme luego fugitivo?”

 

“En perseguirme, mundo, ¿qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas?”

“Siempre tan necios andáis que con desigual nivel

a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada

la que vuestro amor pretende,

si la que es ingrata ofende

y la que es fácil enfada?”

“También es vicio el saber, que si no se va atajando, cuando menos se conoce es más nocivo el estrago…”

¿Cuáles hacen falta?

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