Lamenta Malala rezagos de la educación en México

 

Muro de Trump es producto del odio; debe ser inaceptable, afirma


La ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai, visita México por vez primera para hablar de la educación y la situación de las mujeres en nuestro país.

En el diálogo que tuvo con la comunidad del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, puntualizó que aunque el trabajo del Gobierno mexicano en cuestión educativa es positivo, no se trata de “sólo cambiar la ley, sino también de poner en práctica los cambios” y subrayó que en el país “hay muchas niñas en comunidades marginadas que no tienen acceso a educación y que se casan antes de los 18 años”. “

Leí sobre lo que sucede en México, cómo muchas niñas abandonan la escuela y no pueden llegar a educación superior o media, así que para mí es muy triste ver que muchas niñas, incluso en México, no tienen acceso a la educación”, indicó la activista.

Destacó que los “líderes tienen que unirse y hacer de la educación una prioridad para cada niño, emprender acciones para asegurarse que los niños asistan a la escuela, ese es el trabajo de los políticos”.

La joven pakistaní de 20 años agregó que “en muchos países los líderes se comprometen con la educación, pero sólo la primaria y muchos de estos líderes mandan a sus hijos hasta universidades para ser profesionistas y tratan a sus hijos diferente, pero para el resto de los niños no es igual”.

Aseguró que su fundación tiene tres objetivos: velar por los derechos de los niños, por su derecho a la educación, y que los niños refugiados tengan acceso a la escuela.

La defensora añadió que en ese punto “México ha respondido bien” y por ello en próximas fechas trabajará con organizaciones que tengan los mismos objetivos: “Quiero crear programas para que haya tantas escuelas como podamos”.

Relató que con su padre tuvo una experiencia única: “Tuve la suerte de tener padres que no me detuvieran y muchos les preguntaban: ‘¿Qué hiciste por tu hija?’, y ellos decían ‘no me pregunten qué hice por mi hija, pregúntenme mejor qué no hice: No le corté sus alas’, decían que me dejaron volar”.

Entre sus aprendizajes, dejó claro que “es cierto que tienes que convertirte en madre o abuela cuando tú lo desees. Debe ser el derecho de la mujer a decidir, no tiene que ser impuesto por la sociedad o por los hombres, en el nombre de una religión o de una cultura, así que fue un momento desafiante, pero tuvimos que alzar nuestra voz”.

Las consecuencias del odio

La idea promovida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro en la frontera con México, responde al odio por la diferencia de cultura, nacionalidad o religión, el cual debe ser inaceptable, aseguró Yousafzai.

La activista agregó que el odio “daña mucho a los individuos, les daña el corazón a las personas y les impide vivir una vida plena. Yo diría que saquen el odio de su corazón, en contra de la religión o las culturas, y que conozcamos las historias de otras personas”.

Añadió que “cuando vemos a líderes ignorantes que tratan de no entender el sufrimiento que está experimentando la gente, hay razones muy difíciles por las cuales algunas personas dejan sus países y ya no pueden asistir a la escuela o ponen en peligro su vida y todos merecen el derecho a la educación, a vivir, ese es el derecho humano, hay que pensar en eso”.

Esta defensora de derechos humanos también dijo que siempre se ha conducido a favor del amor, la armonía, y la unidad. “En ocasiones, cuando veo el mapa del mundo, el globo terraqueo, me digo: si todos somos humanos, ¿por qué la división, por qué el odio en nombre de la religión o de diferentes nacionalidades o del color de piel? La división, la discriminación, no es correcta”.

Refirió que en “los campos de refugiados se conozcan todas las historias, porque si nada más seguimos las noticias vamos a pensar que tenemos que empezar a odiar a todos los musulmanes, cristianos, a los católicos, a los mexicanos”