Una copia de una Inmaculada de Murillo, desfigurada tras una desastrosa restauración

Un coleccionista particular de València encargó la limpieza de la obra a un restaurador de muebles y otras piezas por 1,200 euros.
REDACCIÓN Publicado el
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En 2012, la restauración del Ecce Homo de Borja, en España, a cargo de Cecilia Giménez se convirtió en un fenómeno cultural. El trabajo dio la vuelta al mundo por sus pésimos resultados y hasta generó debates más profundos, más allá de las burlas, acerca de la esencia del arte y la autoría.

Ahora, la obra que se encuentra en una iglesia -que paradójicamente tuvo récords de visitantes a partir de este evento- tiene con quien compartir sus penurias: una Virgen Inmaculada del pintor barroco español Esteban Murillo, aunque ésta en una colección privada, sufrió el mismo triste destino.

Y es que como coleccionista especializado su decisión dejó mucho que desear pues este hombre, según reportaron medios locales, en vez de acudir a un especialista, solicitó a un restaurador de muebles y espejos la limpieza de la pintura, pagándole al rededor de unos mil 200 euros (cerca de 30 mil 300 pesos).

Cuál fue la sorpresa del coleccionista al recibir el “trabajo terminado” que de la obra original quedaba muy poco, pues el restaurador había echado borrado todos los rasgos de la Inmaculada parecían más bien dibujados por un niño.

El coleccionista pidió explicaciones y, para dejarlo redimirse, accedió a que el restaurador le echara la mano encima una vez más a la pintura, terminando de destrozarla, pues en ella no quedaba ningún atisbo de la obra original.

 

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