¿Cómo surgió el personaje del Santo?
En realidad es un ser inmortal… por lo menos en el imaginario de la gente que tuvo la fortuna de verlo luchar o de aquellos que, a través del cine, lo siguieron en sus peripecias y enfrentamientos contra todo tipo de seres terrenales y uno que otro monstruo.
Sin lugar a dudas Santo, el enmascarado de plata, es uno de nuestros héroes nacionales, héroe cultural que a muchos brindó alegrías y la esperanza de que, por lo menos algún día, el bien triunfaría contra el mal.
Hablar de Santo es referirse a una incógnita, a un misterio lleno de elucubraciones de seres que pretendían saber qué se escondía tras su máscara plateada.
El Santo inició su carrera luchística en la década de los 40 utilizando diversos nombres, luchando de rudo, dando vida a los personajes El Demonio Negro, El Enmascarado, entre otros, siendo El Hombre Rojo el que le daría un poco de popularidad.
Fue en 1942 cuando don Jesús Lomelí, su entrenador y “un viejo lobo de mar” en el ambiente de las luchas, le propuso utilizar un traje plateado, máscara incluida, y lo hizo escoger de tres, un nombre: El Santo, El Diablo o El Ángel.
Como el luchador militaba en el bando rudo, haciendo sufrir a propios y extraños, se decidió por el nombre que ya todos conocemos, para darle un poco de ironía a su personaje. Desde ese momento, su historia se empezó a enmarcar en lámina de oro.
En un inicio, utilizar su máscara representaba un verdadero suplicio para él, pues estaba confeccionada de piel de cochino que hacía que cada batalla fuera un verdadero baño de sudor.
Debut
Santo, el enmascarado de plata, debutó en la Arena México el 26 de julio de 1942 en una lucha en la que enfrentó a El Lobo Negro y en la cual terminó descalificado por “uso desmedido de rudeza”. Su oponente, convertido entonces en un cachorrito, terminó con su traje rasgado.
Batallas épicas
Contra el Murciélago Velázquez, en 1943, quien no le había permitido, para su fortuna, enmascararse como Murciélago II, por lo que, aprovechando la ocasión, el Santo “cobró venganza”.
En 1943 en la inauguración de la Arena Coliseo se ofreció un platillo excepcional, un mano a mano entre el experimentado Carlos Tarzán López y el novato maravilla, Santo. En esta batalla el enmascarado de plata cayó en dos caídas al hilo y dejó ir el campeonato mundial de peso medio.
En el mismo año enfrentó a Jack Blomfiel, quien en la segunda caída le arrancó la mascara sólo para percatarse que traía otra debajo. En esa ocasión fue tanto el coraje del Santo que, para variar, terminó perdiendo descalificado por usar de más la rudeza.
Su llave
Aunque muchos creen que la famosa llave “la de a caballo” es de su creación, lo cierto es que, aunque él la inmortalizó, fue obra de Gori Guerrero, quien se la cedió y con quien formaría la famosa “pareja atómica”.
Su máximo triunfo
En una batalla épica, considerada por muchos como la mejor lucha del siglo pasado, El Santo le ganó la máscara al entonces ídolo Black Shadow en la Arena Coliseo, ante miles de personas, el 07 de noviembre de 1952.
El Santo y la farándula
El salto del Santo de los cuadriláteros a la pantalla grande se dio, en un inicio, gracias a las historietas de José G. Cruz, en la década de los cincuentas, y donde él era el héroe que enfrentaba al mal.
A finales de esta década, Fernando Osés, luchador y actor, invitó al enmascarado a inmiscuirse en el cine y, aunque reacio al principio, terminó aceptando para posteriormente convertirse en una de las máximas estrellas de la pantalla grande.
El Santo murió un triste 5 de febrero de 1984.
¿Qué lucha le faltó librar?
Muchos opinan que contra Blue Demon, quien era compadre de Black Shadow, en duelo por las máscaras.
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