Mancera: el hombre en el centro

 

Tienen que decidir qué van a hacer y a qué candidato van a apoyar


No es que la carrera política de Mancera esté conducida por la casualidad, sino que siempre ha sido una trayectoria teñida de elementos sorprendentes y sorpresivos que lo posicionan en sitios donde parecería que nunca iba a llegar.

Está claro, Ricardo Anaya le quitó la candidatura del Frente.

Creo que como candidato, Anaya va a ser mucho más combativo de lo que sería Mancera. Pero otra cosa es ignorar que él y su deseo confeso de permanecer en el Gobierno de la Ciudad de México hasta el 5 de diciembre de 2018, es un hombre que tiene en sus manos gran parte del resultado electoral. Me explicaré.

Hay dos maneras de hacer unas elecciones: para ganar o para impedir que alguien gane. Y es evidente que no todo el PRD va a volcarse en la campaña a favor de Ricardo Anaya.

Pero también es increíble que se olviden que las tribus viven del cheque que estará en manos de quien se quede por una cuestión de principios, como él lo ha dicho, al frente de la reconstrucción de la ciudad que ha gobernado durante los últimos cinco años.

Ahora Mancera puede hacer cualquier alianza, a la izquierda o a la derecha. E independientemente de los 108 curules prometidos al PRD por el PAN y sobre todo por ese gran bróker de la política que es Dante Delgado, presidente de MC; el PRD tiene que comer y vivir todos los días, y las tribus necesitan los cheques que ellos no controlan.

Desde ese punto de vista, tengan o no sus curules, ése ha sido el motivo con el que se ha justificado si no la traición, sí el hecho de dejar al candidato Mancera para tiempos mejores e irse a la cama con Anaya.

Ahora el PRD por un lado y Mancera por el otro tienen que decidir qué van a hacer y a qué candidato van a apoyar.

Y no es que la ideología importe mucho, pero sí hay un gran significado en el hecho de ser miembro de un partido que aboga por la revolución democrática y tener la posibilidad de propiciar que un gobierno de izquierda esté en el poder frente a la propuesta de un candidato de derecha tan complicado, sin ideología, pero con tantísimo colmillo para el poder puro y duro, como es Ricardo Anaya.

Mancera tiene las manos libres y la razón democrática de su lado.

Evidentemente ha sido ninguneado por su propio partido, pero eso también puede ser una ventaja en los meses que están por venir.

Lo que es importante es que como le pasa a Hamlet, tiene que decidir entre ser o no ser.

Y en ese sentido, ¿quién nombrará al candidato? ¿Su partido? ¿Ése que corrió precipitadamente a los brazos de Anaya? ¿O lo nombrará él? Y una vez que lo nombre, ¿a quién apoyará?

Creo que hoy las posiciones de Mancera, sin ser el candidato, son más fuertes que las que pudo tener en caso de haber competido por la Presidencia.

@antonio_navalon