No estábamos preparados

Filipino protesters burn a computer printout of U.S. President-elect Donald Trump and a mock U.S. flag as they denounce the results of the elections Thursday, Nov. 10, 2016 at the US Embassy in Manila, Philippines. President-elect Donald Trump becomes the 45th U.S. President after defeating Democratic presidential candidate Hillary Clinton in the Nov.8, 2016 US election.(AP Photo/Bullit Marquez) 

Nunca estamos preparados para lo que finalmente sucede


Confieso que desde hace mucho tiempo hay una frase que me aterra, cuando alguien me dice “con la pena”, me pongo a temblar y de inmediato siento que una desgracia viene en camino.

A los británicos un día les dijeron con la pena, ya están fuera de la Unión Europea, y ahora resulta que la mayor parte de Gran Bretaña no quería irse. Aunque de haber sido así, debieron votar en su momento.

Por su parte, en el imperio del norte, muchos estadounidenses se han dedicado durante los últimos días a ocupar las calles de diferentes ciudades para decirle a Trump “tú no eres mi presidente”. Aunque en ese sentido, más ciudadanos de ese país debieron de haber ido a votar contra el candidato republicano, porque sólo así no estaríamos sumergidos en esta situación.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? Al hecho de que nunca estamos preparados para lo que finalmente sucede.

Yo por mi parte confieso que ya no quiero seguir hablando de Trump. El problema es que el emperador del norte, el presidente de Estados Unidos es alguien que mancha, contamina y condiciona todo a su alrededor.

Pero algo fundamental que sí pretendo destacar es que el multimillonario neoyorquino no está solo, no porque mucha gente le siga y haya votado por él, sino porque en realidad tiene diputados, senadores, militares y secretarios que pondrán los límites.

Yo creo que es muy importante darle un voto de confianza. Porque ¿se imaginan ustedes si al final de todo Trump no hubiera querido convertirse en presidente?

ME EXPLICARÉ.

Él triunfó y es innegable, o más bien perdimos todos los demás, póngale como quiera. Pero si yo hiciera un recuento de las caras que le he visto a Trump desde que ganó, diría que él estaba listo para venderlo todo, como siempre lo hace con el agua, la carne, los departamentos y también con las ilusiones.

Trump estaba preparado para vender, pero para lo que no estaba preparado era para ganar y quedarse con toda la plaza. Y ahora cuando lo observo, es como si estuviera sacando la cuenta del nuevo negocio que ha hecho.

Porque imagínense otro escenario en el que Donald Trump hubiera perdido, al final del día eso hubiese representado un éxito total para él, por los miles de millones de dólares que recibió su marca mediante una campaña tan rentable como la que tuvo.

Sin embargo, obtuvo 279 votos del Colegio Electoral y ahora deberá dejar de lado al vendedor e iniciar el gran negocio de ser un buen presidente de los Estados Unidos de América. Y eso, ¿cómo se hace?