No se contempla cuarta dosis a toda la población, advierte Ruy López Ridaura

No se contempla cuarta dosis a toda la población, advierte Ruy López Ridaura Foto: Internet
No se contempla cuarta dosis a toda la población, advierte Ruy López Ridaura Foto: Internet 

No se contempla cuarta dosis a toda la población, advierte Ruy López Ridaura.


El director General del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, Ruy López Ridaura informó que, por el momento, las autoridades de salud federales no consideran necesario en el corto plazo aplicar a toda la población una cuarta dosis de vacunación contra Covid-19.

Al reunirse virtualmente con los integrantes de la Comisión de Salud del Senado de la República que encabeza Margarita Valdez Martínez, el funcionario subrayó que la justificación de las autoridades es porque aún no existe información suficiente para determinar la utilidad de una nueva dosis de refuerzo.

“Asegurar que va a ser necesario una cuarta dosis, no lo vemos en el corto plazo. Creo que hay mucha incertidumbre de las nuevas variantes y qué es lo que va a pasar”, puntualizó el epidemiólogo.

Sin embargo, dijo que el equipo técnico asesor se encuentra evaluando la posibilidad de una dosis de refuerzo para adultos mayores y personas con comorbilidades.

“Es necesaria la cuarta dosis. Creo que en el esquema de proteger donde posiblemente se puedan beneficiar más de esto, pensado en adultos mayores o personas con comorbilidad, es una pregunta específica que hemos pedido a nuestro equipo técnico asesor que lo evalúe y creo que esa puede ser una de las opciones que podamos ver”.

Ruy López dio a conocer a las y los senadores que la curva epidémica de casos en el grupo de cero a cuatro años, de cinco a 11 y 12 a 17 años, es una parte mínima de la proporción de todos los casos que se han registrado en personas mayores.

Agregó que, en las diferentes etapas de la pandemia, el uno por ciento de los casos corresponde al grupo de cero a cuatro años; dos por ciento de los casos a los de cinco a 11 años; y el tres por ciento de 12 a 17 años.

Reconoció que la pandemia se mantiene y existen países que tienen una gran actividad de contagios con variantes muy parecidas a ómicron y explicó que si bien es posible que México no sufra un ataque de esas nuevas variantes similares a ómicron no se puede descartar ese escenario.

Puntualizó que, en el pasado mes de agosto, cuando se presentó la ola con la variante Delta, el porcentaje no se modificó, y en la ola de Ómicron los porcentajes “siguen siendo muy bajos” y destacó que la presencia de comorbilidades en los menores “determina por mucho el riesgo”.

Por otra parte, señaló que la vacuna Pfizer sólo se puede aplicar en niños de 12 años en adelante, y por ello se requiere una nueva vacuna como Moderna, Abdala y Sinovac, por lo que ya se hace una exploración de mercado.

Explicó que, para la población de cinco a 12 años, que se estima en 15 millones de personas, se estima llegar a un 70 por ciento de cobertura, por lo que se necesitarían 21 millones de dosis que no se tienen y que es necesario adquirir.

Reconoció que en la vacunación de menores con comorbilidades no se cumplió con la expectativa, pues la gente no se acercó a la estrategia de vacunación.

En la reunión de trabajo también se realizó la firma de una carta intención con el Instituto Nacional de Salud Pública, que dirige el doctor Eduardo César Lazcano Ponce, cuyo objeto es mejorar la salud pública en el país, a través de la presentación de iniciativas sustentadas con el Instituto.

La Comisión de Salud aprobó, además, cuatro dictámenes, entre los que destaca el exhorto que se hace a la Secretaría de Salud Federal para que, en coordinación con sus homólogas en las 32 entidades federativas, diseñe e implemente políticas públicas que permitan prevenir y atender de manera integral la adicción a los videojuegos, con especial énfasis en niñas, niños y adolescentes.

En el mismo sentido, las y los senadores aprobaron una propuesta para solicitar a la Secretaría de Gobernación que refuerce los lineamientos que establecen los criterios de clasificación de los videojuegos que se distribuyen, comercialicen o arrienden, por cualquier medio, para establecer advertencias claras respecto del peligro que pueden representar para la salud mental de la población.