¿Quién fue Joseph Ratzinger, el papa emérito Benedicto XVI?

Quién fue Joseph Ratzinger, el papa emérito Benedicto XVI
 

¿Quién fue Joseph Ratzinger, el papa emérito Benedicto XVI? Repasamos algunos episodios en la vida del lider de la iglesia católica


Este 31 de diciembre murió Joseph Aloisius Ratzinger quien eligió el nombre de Benedicto XVI al asumir el papado de la iglesia católica el 19 de abril de 2005, como sucesor de Juan Pablo II.

Nació en Marktl, Alemania el 16 de abril de 1927, sus padres fueron Joseph Ratzinger y María Rieger. Fue el tercer hijo; su hermano Georg Ratzinger quien también fue sacerdote y Maria Ratzinger, quien fue su administradora durante su papel como cardenal.

Sus padres lo enviaron a estudiar al San Miguel en Traunstein en donde vivió uno de sus capítulos más polémicos en su biografía, la incorporación en las Juventudes Hitlerianas fundadas por elPartido Nacionalsocialista Obrero Alemán en 1926. A pesar de que a través de varios testimonios se ha argumentado que su integración a esta organización se dio en caracter de obligatorio, también hay quienes critican su pertenencia y servicio por varios años. Casi al concluir la guerra desertó, sin embargo, lo tomaron prisionero los aliados.

El paso de Ratzinger por la academia

A lo largo de su preparación académica se especializó en Teología, materia en la que presentó ideas modernas pero siempre al límite del conservadurismo duro y su apoyo a la reforma de la iglesia, sobre todo en el apoyo y apertura a la libertad de culto y el respeto a otras religiones.

En 1953 obtuvo el doctorado en Teología, en 1959 ingresó como profesor en la Universidad de Bonn. En 1966 fue candidato a ocupar una vacante en teología dogmática en la Universidad de Tubinga. En 1969 regresa a Baviera a la Universidad de Ratisbona.

En 1972 fundó la publicación teológica Communio, que hasta hoy es una de las publicaciones más influyentes en la materia.

Sus estudios sobre Teología hasta hoy siguen discutiéndose ya que a lo largo de su vida criticó, desde su visión, lo que llamó la sociedad neopagana.

¿Por qué eligió el nombre de Benedicto XVI?

Al confirmarse la elección de Ratzinger como máximo de la iglesia católica en el segundo día de cónclave, confirmó que su nombre pontificio sería Benedicto XVI, elección que él mismo explicó así “He querido llamarme Benedicto XVI para relacionarme idealmente al venerado pontífice Benedicto XV, que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y después al limitar las nefastas consecuencias”.

Las polémicas de Benedicto XVI

Aunque a los inicios de su carrera se le posicionó en el ala reformista de la iglesia, poco a poco sus dichos y acciones lo posicionaron en el lado conservador. Capítulos que sus detractores recuerdan son la presunta protección a abusos de menores por parte de miembros de la iglesia y su rechazo y crítica a la aceptación de la comundiad LGBT dentro del catolicismo.

En el libro Benedikt XVI, Ein Leben [Benedicto XVI. Vida], escrita por el periodista Peter Seewald arremetió contra el matrimonio gay lo que llamó “el credo del anticristo”. El párrafo más citado no sólo critica el matrimonio igualitario, también el aborto y la concepción invitro.

“La verdadera amenaza para la Iglesia, y por lo tanto, para el oficio de Pedro, no reside en esas cuestiones, sino en la dictadura mundial de ideologías aparentemente humanistas, cuya negación implica ser excluido del consenso social básico. Hace cien años, cualquiera habría considerado absurdo hablar de matrimonio homosexual. Hoy queda socialmente excomulgado quien se oponga a ello. Lo mismo vale para el aborto y para la fabricación de personas en el laboratorio. La sociedad moderna está formulando un credo anticristiano y castigará con la exclusión social a quien se resista a él. Es totalmente natural el temor a este poder espiritual del Anticristo, y se hace necesario realmente el auxilio de la oración de todo un episcopado y de toda la Iglesia mundial para resistirlo”.

Protección y encubrimiento de abusos a menores

Las denuncias de abusos a menores por partes de integrantes de la curia estallaron escándalos en varios puntos del mundo, incluyendo México pero específicamente la investigación en la arquidiócesis de Munich implicaron a Benedicto XVI por el presunto encubrimiento en dos casos de abuso por parte del capellán Peter H.

El entonces cardenal Ratzinger, en su condición de arzobispo de Múnich-Freising, tenía conocimiento de que el capellán había cometido abusos, pero aún así aprobó su traslado y no informó del caso al Vaticano, como habría sido su obligación, según un decreto extrajudicial del Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Múnich y Freising de 2016.

A su llegada al papado fue el responsable de ordenar una investigación profunda sobre las denuncias de abusos a menores por parte de miembros de la iglesia y él mismo admitió su responsabilidad en el caso de Múnich-Freising.

 “En todos mis encuentros, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos, con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he visto en los ojos las consecuencias de una grandísima culpa y he aprendido a comprender que nosotros mismos nos vemos arrastrados a esta grandísima culpa cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad, como con demasiada frecuencia ha ocurrido y ocurre”.

El paso de Ratzinger por el papado sin duda es un episodio importante en la iglesia católica no sólo por sus declaraciones y gestión, sino por su renuncia, hecho que no habría ocurrido en cientos de años y lo mantuvo en sus últimos días con el título de papa emérito, cargo que ejerció en el retiro de la vida pública.

La oración y reflexión abarcó los últimos años de existencia de Benedicto XVI. Hoy en Roma prepara los funerales del papa emérito

“Pronto me encontraré ante el juez supremo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento sin embargo feliz porque confío firmemente en que el Señor no sólo es el juez justo, sino al mismo tiempo el amigo y el hermano que ya ha sufrido él mismo mis desperfectos y es, por tanto, como juez, al mismo tiempo mi abogado (Paráclito). En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento, además, de la amistad con el juez de mi vida y me permite cruzar con confianza la oscura puerta de la muerte”.

Carta del Papa emérito Benedicto XVI acerca del informe sobre los abusos en la Arquidiócesis di Múnich y FreisingCiudad del Vaticano, 6 de febrero de 2022

LH