El peligro popular

 

El populismo no deja de ser señalado como una mala alternativa entre las tendencias políticas del mundo


Desde hace más de un año el Presidente de la República ha venido denunciando una y otra vez los peligros del populismo.

Y es que ahora, ya sea por el Brexit; por las declaraciones del ex primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, en contra de las políticas populistas; por el fracaso histórico de los chavistas y el problema venezolano; por los discursos de diferentes jefes de Estado o porque las políticas tradicionales están fracasando casi en cadena en varios lugares del planeta; el populismo no deja de ser señalado como una mala alternativa entre las tendencias políticas del mundo actual.

Ahora hay que aceptar que los riesgos que trae consigo el populismo ya son conocidos. Pero también hay que reconocer que en este momento los resultados ofrecidos por las políticas populistas, no han sido tan fáciles de defender.

Aunque cualquiera que sea el caso debemos saber que existe una confusión fundamental, porque el hecho de contar con políticas populares y sociales no significa ser populista.

En ese sentido, la rectificación del concepto del populismo realizada por el presidente Barack Obama en la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron los tres jefes de Estado responsables de la política de América del Norte en la Cumbre Trilateral celebrada recientemente; resulta conveniente por una razón.

Porque al final del día gran parte de los problemas de América Latina corresponden a la enorme desigualdad social que impera en nuestros países y a la ausencia de un sistema no precisamente populista sino popular, que considere a la mayoría de la población que conforma la parte más limitada de nuestro segmento social.

Por lo tanto, la estabilidad no se podrá encontrar en el salvajismo económico de que cada uno se defienda como pueda, sino que será posible en la medida en la se lleven a cabo políticas que permitan que el desarrollo sea equitativo y lo que se pueda llevar a la mesa nos llegue a todos en forma de oportunidades y de alimentación de calidad.

En ese sentido, habrá que observar en la próxima campaña electoral a nuestro representante popular o máximo representante del populismo, Andrés Manuel López Obrador, ya que podría –como ya lo ha hecho en otras ocasiones–convertirse en el exterminador de su propia oportunidad histórica.

Pero sobre todo, lo que es conveniente saber es que actualmente se corre un gran peligro al denunciar al populismo y no estar consciente de que las fórmulas convencionales se han quedado rezagadas, y resultan insuficientes para atender los desafíos de los nuevos tiempos que vivimos.

@antonio_navalon