Leyendas sexuales: Locación naturaleza

 

Esos escenarios novedosos pueden servir también para darle un giro a la vida sexual


Ya se siente oficialmente el verano y el ambiente huele a vacación. Muchas personas aprovechan estos meses para salir de la ciudad y buscar nuevas actividades, comidas y horizontes. Siempre que no haya niños de por medio (porque ahí la logística se complica), esos escenarios novedosos pueden servir también para darle un giro a la vida sexual.

El sexo al aire libre es una práctica que muchos han llevado a cabo a veces por necesidad, a veces por variedad, pero si nos ponemos a preguntar sobre fantasías sexuales en exteriores, probablemente la respuesta más frecuente sería hacerlo en la playa. Parece que tanta película hollywoodense nos ha hecho perder de vista la posibilidad de que la arena se sienta como lija en la piel o se meta hasta los rincones más recónditos del cuerpo.

Más allá de este lugar común, el espacio que quizá esté en segundo lugar de atmósferas inusuales es el bosque. Pensándolo bien, no se necesita estar de vacaciones con el fin de tener sexo en un lugar como ese, basta con darse una vuelta por Chapultepec en alguna tarde nublada, o internarse en los lugares más inexplorados de Ciudad Universitaria a cualquier hora de cualquier día para ver, queriendo o sin querer, más de una escena triple equis entre las plantitas.

Sin embargo, si tienes la fortuna de viajar un poco más lejos que eso y se te presenta la oportunidad de un buen revolcón a la intemperie, hay algunos puntos importantes que deberías considerar. Se trata de no ignorar tu sentido común, lo cual suena obvio, pero que a la hora de la emoción es lo primero que se pierde.

El primer punto es, aquí sí, recordar las enseñanzas hollywoodenses y utilizar la famosa mantita de picnic. Claro que hay varias posiciones que permiten estar de pie y echar pasión de igual manera, aunque si te piensas acostar, lo mejor es que lo hagas sobre, mínimo, una prenda –una chamarra, por ejemplo–. Con esto no solamente evitarás rasparte con las piedras o ramas que pueda haber en el piso, también reducirás el riesgo de que los insectos del suelo te piquen o te incomoden. No está de más decir que hay que revisar el lugar donde se van a posar, ¡no vaya a ser un hormiguero!

En este mismo tema de seleccionar la locación, es importante que no te coloques cerca de plantas que no conozcas o que de alguna forma te parezcan raras, pues en un ambiente boscoso hay árboles o arbustos que desprenden sustancias irritantes que te pueden causar comezón, picazón o ardor que indudablemente van a acabar con el momento.

Otro detalle que para muchas personas no es menor son los mosquitos. Tampoco es que vayas cargando con tu repelente con el propósito de aplicarlo justo antes del mágico momento, pero sí debes estar consciente de que corres el riesgo de que los zancudos ataquen las partes descubiertas y vulnerables de tu cuerpo. Aunque podemos verlo del lado positivo: si te pican, cada que te rasques esa roncha en medio del trasero, podrás recordar el momento con una sonrisa.

Algo que no tiene ni un poquito de chiste es estar siempre al tanto de tu ubicación. Está bien que quieras conseguir privacidad, pero internarte demasiado en el bosque es un riesgo grande que pocos se pueden dar el lujo de correr. No podemos confiarnos tampoco de la señal del celular, así que trata de marcar la ruta que vas siguiendo, de forma que puedas regresar sin problemas.

Finalmente, no pierdas tu conciencia ecológica y lleva de regreso contigo la basura que hayas podido generar, entiéndase el condón y su envoltura, pues de esta manera no afectas negativamente a ese espacio que va a guardar en su verdor tu secreto.

* Periodista especializada en salud sexual
@RocioSanchez