Inventando héroes

 

Es muy importante saber que la política siempre es oportunidad y que la oportunidad se va pasando


Uno de los mayores problemas que tiene América Latina es que, ante la crisis de las ideologías, la extinción de los modelos, y esa alternancia que está presente en los poderes de la derecha y la izquierda, los populismos y la ortodoxia económica; le está resultando muy difícil crear discursos propios y líderes capaces de encarnar el inicio de los nuevos tiempos.

Desconozco si el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es consciente de eso, pero en este momento él ya está inventando un líder para Latinoamérica llamado Leopoldo López. Un hombre que a golpe de injusticias y barbaridades, se ha ido consolidando como un nuevo líder con su paso por la cárcel tan lleno de sufrimiento, abusos y terror.

Hay religiones como la cristiana, que se caracterizó por entregar primero a los suyos a los leones y después con base en los huesos que quedaban iban devorando cultura tras cultura por donde iban pasando.

Sin embargo, Venezuela, que siempre tuvo un problema de ausencia de liderazgos definidos, ahora se encuentra en un momento en el que frente a Hugo Chávez está Leopoldo López, que entre ese movimiento que nadie reconoce llamado Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y entre personajes como Henrique Capriles, se está perfilando como un líder que tiene la fortaleza, las condiciones y las capacidades para encarnar –no sólo en su país sino en otras partes de América Latina– un nuevo tiempo.

Para nosotros los mexicanos es obligado recordar que a Lilian Tintori –la esposa de López– la recibieron en varios países del mundo en los que buscó apoyo ante la crisis por la que atraviesa Venezuela; sin embargo, en México no fue recibida con la dimensión y el nivel político que era necesario.

Y es que, nosotros inventamos la Doctrina Estrada –que reconoce el principio de no intervención y de libre autodeterminación de los pueblos– lo cual fue muy positivo.

Pero en este momento de recomposición mundial es muy importante que México encuentre – no sólo a través de exsecretarios de Relaciones Exteriores como Jorge Castañeda– los anclajes políticos para que fenómenos como el de Leopoldo López también le den a nuestro país una capacidad de interlocución, y a su vez, nosotros le demos el amparo que se ha ido ganando con voz y fuerza.

En ese sentido, es muy importante saber que la política siempre es oportunidad y que la oportunidad se va pasando, porque con cada barbaridad legal que se va ejerciendo en contra de López, lo único que se consigue es incrementar la posibilidad de que llegue la votación que algún día lo podría llevar hasta la silla presidencial del Palacio de Miraflores.

@antonio_navalon