Sigue vivo y vigente el EZLN

 

El académico, quien ha estudiado de cerca la insurgencia zapatista que recién celebró 30 años, señaló que “hubo un México antes del EZLN y otro después”; el primero es el país vilipendiado, negado y discriminado, sobre todo en el componente social y, el otro, en el que los pueblos originarios levantaron las banderas no sólo de sus derechos, sino también de los sectores de enfermos, jóvenes, niños, ancianos, los de la diversidad sexual y los de género.


Para el investigador del Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), doctor Carlos Durand Alcántara, el movimiento del Ejército Zapatista de la Liberación Nacional (EZLN), sigue vivo, está vigente y trabaja en estos momentos en reforzar la autonomía de sus municipios.


El académico, quien ha estudiado de cerca la insurgencia zapatista que recién celebró 30 años, señaló que “hubo un México antes del EZLN y otro después”; el primero es el país vilipendiado, negado y discriminado, sobre todo en el componente social y, el otro, en el que los pueblos originarios levantaron las banderas no sólo de sus derechos, sino también de los sectores de enfermos, jóvenes, niños, ancianos, los de la diversidad sexual y los de género.


Manifestó que quienes pueden hablar de los avances y derrotas son los propios habitantes de los pueblos originarios.


Durand Alcántara dijo haber tenido la suerte de que el Clandestino Revolucionario Indígena “se fijara en mí, como uno de los abogados asesores, vinculados a la antropología de pueblos originarios, y es en ese carácter que opino sobre la evolución del movimiento durante sus primeras tres décadas”.


Indicó que en su momento “nadie estaba de acuerdo en que hubiera sido una movilización armada” en el contexto de la asesoría política y jurídica que pudo haberse brindado, “no rescatábamos la tesis militar, pero como dijo Marcos cuando le preguntaron si era la vía y respondió que podrían cuestionar el método, que fue militar, de ruptura, pero no las causas del levantamiento”.


Dicho alzamiento no se hizo para que esa región del país se sublevara ni buscaba la extraterritorialidad, sino para plantear a toda la nación que estaban dadas las condiciones históricas para generar un movimiento político y social de tal envergadura que podía plantearse tres principios: la refundación del Estado, la creación de un nuevo constituyente y la redacción de una nueva constitución.


Indicó que los pueblos originarios ven los territorios de una forma integral y esto tiene que ver con la tierra, el agua, los bosques, como un sistema de vínculo y de eslabonamiento con la naturaleza, el movimiento del EZLN logró congregar a 100 mil personas y creó 38 municipios que, con matices, se fundamentan en la cosmogonía y la filosofía de esos pueblos.


“Todo eso surge de una formación educativa, política, social y cívica por parte de los zapatistas, de manera que crean sus propios mecanismos de organización y de autogobierno”, entre otros principios.


Durand Alcántara criticó que las políticas de Estado, hasta antes del gobierno actual, han apostado al desgaste de las mismas y optado por el olvido y el no ver ni escuchar; en la invisibilización también actúan los medios de comunicación.


Por otra parte, el investigador reconoció la existencia de acercamientos y entreveros entre el EZLN y el gobierno federal, donde los principios de autonomía y autodeterminación, ahora ya más geolocalizados, estarían en esa prospectiva; sin embargo, habría que debatir si las grandes obras del presidente y sus propuestas y elementos del Plan Nacional de Desarrollo constituyen elementos de crítica por parte de la dirección del Comité Clandestino Revolucionario Indígena.


En todo caso “avizoro que hay muchas más correspondencias y cercanías al tratar el presidente, en buena labor, de atender la cuestión de los pueblos originarios”.

RGH