Pan Para Hoy

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El pasado fin de semana el gobierno de México y particularmente la cancillería estuvieron en condiciones de anunciar que lograron llegar a un acuerdo con la administración estadounidense encabezada por el presidente Donald Trump para evitar que la Unión Americana le impusiera aranceles a los productos procedentes de nuestro país y que tuvieran como mercado […]


El pasado fin de semana el gobierno de México y particularmente la cancillería estuvieron en condiciones de anunciar que lograron llegar a un acuerdo con la administración estadounidense encabezada por el presidente Donald Trump para evitar que la Unión Americana le impusiera aranceles a los productos procedentes de nuestro país y que tuvieran como mercado de destino los Estados Unidos de América.

 

El anuncio como era previsible generó tranquilidad en los mercados, el tipo de cambio que había mostrado signos de volatilidad se estabilizó y en términos generales la incertidumbre se atemperó. Sin embargo y considerando que la amenaza de Donald Trump sin lugar a dudas tiene un enorme componente electoral y que la carrera hacia la próxima elección presidencial durará nada menos que un año y medio, la estrategia mexicana en el sentido de ceder a las exigencias de Trump muy probablemente puede implicar pan para hoy y hambre para mañana.

 

La imposición de aranceles a los productos mexicanos de manera creciente desde un 5 hasta un 25% como medida de presión para que las autoridades de nuestro país tomaran aciones más contundentes para reducir el flujo de migrantes indocumentadas hacia la Unión Americana hubiera sin lugar a dudas tenido un efecto devastador para la economía mexicana. Sin embargo también hubiera implicado un afectación muy seria para la economía estadounidense.

 

El 5% hubiera equivalido a darse un balazo en el pie por parte de Washington y el 25% podría equipararse a lanzar un misil a Detroit. El gobierno mexicano no puede doblegarse ante el más mínimo amago de Trump porque en ese caso permitiríamos que nos tomara la medida. Habrá ocasiones en que sea necesario aunque no conveniente en el plazo inmediato, decirle que no a Trump y asumir las consecuencias por negativas e impopulares que éstas sean.

 

Sólo de ese modo es posible evitar el catastrófico escenario de pan para hoy y hambre para mañana.